5ª Jornada 29 Julio

Etapa quinta: Rabanal del Camino – Ambasmestas
Distancia: 79 Km
Tiempo en bicicleta: 4h 30min
Media: 17.5 Km/h

Etapa de transición en todos los sentidos, hemos cambiado la forma de arrastrar el coche de tal manera que poca veces seremos ocho a partir de ahora, lo cual a mi particularmente me entristece, cambiamos los páramos y estepas castellanas por el verde de la encrucijada astur-leonesa-galáica (tanto verde me da envidia ahora que nuestra tierra está ardiendo) y ha empezado la “tralla” de verdad; tan consciente éramos de ello que nos hemos puesto a limpiar la “gorda” por primera vez (antes y al finalizar la etapa) para que ningún problema mecánico nos aleje de nuestra particular meta.
Un detalle de la dureza del camino es que ya hemos empezado en algunos tramos a abandonarlo y aferrarnos a la carretera, como en la subida a la Cruz de Ferro, que se agarra tanto como la “Cabra” o más después del cansancio acumulado en el Camino (322 Km totales hasta hoy)… No quiero imaginarme la subida a O Cebreiro con 15 interminables Km. Ahora comprendo porque el “Jefe” a partir de mañana ha rebajado la media horaria a 13 Km/h, hasta ahora yo llevo 16.4 km/h (si bien es cierto que me faltan los 24 Km de bajada de hoy al ser el primer esquirol que se ha bajado de la grupeta de ocho) por lo que la media total del grupo estará en torno a 17 km/h; por este motivo he tenido el hasta ahora mayor trabajo médico tras el “mosquito elefante” al atender a una “guiri” de Quebec, Canadá, con la rodilla molida y trasladarla en coche hasta Molinaseca; ojalá pueda acabar el camino que desde tan lejos ha emprendido y que tan ilusionante y enriquecedor está siendo para todos…Por cierto las malas lenguas dicen que en el descenso algunos han rondado los 80 km/h en el cuentakm, ¿estará bien?
Me reúno con el grupo en Ponferrada donde frente a su imponente castillo templario reponemos fuerzas, Juanjo toma el relevo del coche, el “profesor” quiere visitar la iglesia Mozárabe de Santiago de Peñalva arrastrando a todo el equipo de apoyo, viniendo sencillamente impresionados por lo que el resto esperamos las fotos… ¿Y que deciros del infierno que nos esperaba? Sencillamente no siento las piernas, si lo llego a saber no suelto el coche y me quedo en Molinaseca comiendo jamón con la grupeta de Madrid negociando el famoso cambio, que no creo acepten amigo Juanjo. Continuo rompepiernas con 10 Km extras por coger la dichosa (¿o bendita?) carreterita donde lo mejor ha sido la parada en la Puerta del Perdón de Villafranca del Bierzo (por la parada y la “peazo” foto que habrá tomado Romero) y el chiste de marras de mi compi de habitación subiendo un “rampón” tipo Quinto Cecilio que casi nos cae a todos de la bici… Doy fe que he rezado por el perdón de este fantástico grupo en un intento vano que la dureza de lo que nos quedaba no fuera “in crescendo” más como hasta ese momento, pero viendo lo que he sufrido creo que algún Santo de Allá arriba estará parado por la tan famosa crisis.
Tras cada pueblo que pasábamos me encomendaba al Apostol porque el siguiente fuera Ambasmestas, el terreno era sencillamente apestoso para andar en bici remontando el río Valcarce en un continuo falso llano que picaba hacia arriba, pero salvado por espectaculares vistas que invitaban a disfrutar del paisaje, reflexionar y pensar el porque hemos comenzado cada uno nuestro particular camino a Ítaca, pero el airecito de cara me recordó de inmediato que hoy tocaba sufrir para interiorizar, porque… ¿Que sería del camino sin sufrimiento?
¿Para que seguir contando tantas penalidades? Solo una muestra más, si llego a llevar dinero conmigo me paro a tomar una ansiada cañita y continúo el resto del camino andando hasta este precioso pueblo perdido de los mapas de carretera que por no tener no tiene ni salida por autovía (está en obras).
Por fin una linda abuelita, creo que unos de esos ángeles (otros la llamarían elfos, meigas, trasgos) que dicen andan por el camino alentando a los peregrinos cuando el desánimo cunde y el fracaso ronda, nos dijo que sí, que el pueblecito de marras existía y a tan solo un kilómetro, al llegar he sentido lo mismo que si hubiera alcanzado la tierra prometida; no quiero ni imaginar lo que tiene que ser llegar a la plaza del Obradoiro.
El problema es que hemos llegado antes que los coches de apoyo, luego… No habrá sido tan infernal esta etapa trampa de transición y simplemente es la melancolía de mis tres chicas Calabazonas lo que me está lastrando y pudiendo conmigo.
Redactor: MCidoncha